El paciente con trastorno de la personalidad límite o con trastornos afectivos suele obstaculizar la relación médico-paciente debido a sus conflictos emocionales. Es importante que el médico familiar reconozca de manera oportuna dichos trastornos y desarrolle habilidades tanto para la comunicación como para la empatía; con el propósito de favorecer una adecuada relación médico-paciente y referir oportunamente al enfermo a un servicio de atención especializado. De este modo se podrán prevenir la cronicidad, la iatrogenia y la estigmatización del paciente, así como la frustración e impotencia del equipo médico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario